Por Grisel Bethancourt
El enigma de la desaparición y asesinato del padre Jesús Héctor Gallego en 1971, está latente. 50 años después no hay respuesta de este crimen.
Año tras año se han recopilado historias y realizado hipótesis sin una verdad. Las montañas santafereñas guardan un secreto, las brechas siguen abiertas y los evangelizados desde 1971 en tierras veragüenses por el cura antioqueño siguen la lucha.
Santa Fe, 1971. Cinco días antes de ser secuestrado en Santa Fe de Veraguas, el padre Jesús Héctor Gallego contó en una entrevista que “una de las fuerzas principales que hay en América Latina es la fuerza religiosa, cuando realmente se descubre que el evangelio compromete hacia un cambio”.
Gallego esbozó una multiplicidad de situaciones ocurridas en Santa Fe junto a los campesinos, que denotaban el descontento de los ricos; fue un despertar y trabajo para los pobres de forma organizada. En 1971, el 9 de junio lo silenciaron para siempre. ¿Por qué mataron al padre Gallego? o ¿Dónde está?.
Las memorias del padre Jesús Héctor Gallego son pocas, como pocos han rescatado el valioso aporte que dejó a la comunidad católica panameña. Los reportes de su desaparición forzada y su búsqueda se encuentran en amarillentos periódicos en la biblioteca. Son dos o tres literaturas a lo máximo que reposan en Panamá.
El padre Patricio Hansen, párroco diocesano de Chilibre, seguidor de la línea del padre Jesús Héctor Gallego, quien llegó a Panamá luego del crimen del sacerdote de Santa Fe, cuya matriz de su vocación está basada en la evangelización de los pobres que dictó el Concilio Vaticano II, enarbola la memoria del sacerdote colombiano.
De sus manos el religioso de origen belga, en los 50 años de la obligada partida del padre Gallego, no dudó en entregarnos un trabajo que desde la Pastoral Social Arquidiocesana recoge la última entrevista que dio cinco días antes de su secuestro y desaparición forzada el cura colombiano a la revista Diálogo Social.
Revista Especial dedicada a Héctor Gallego a 40 años de su asesinato
En el aniversario 40 de la desaparición del padre Gallego, en una edición especial se hace memoria de aquella entrevista transcrita y editada en junio de 1972, aquella que se ha reproducido por cinco décadas en Radio Hogar y ahora en redes sociales. Allí el sacerdote colombiano dio luces de quiénes no le querían, se oponían a su evangelización para los pobres y al movimiento cooperativista.
Padre Héctor, aunque yo considero que Usted, es más panameño que nadie, sin embargo, por ser de nacionalidad colombiana ¿ha tenido algún problema especial con la comunidad?
Realmente por ser colombiano no he tenido ninguna dificultad. La comunidad me ha rechazado no por ser colombiano. Realmente no es la comunidad la que me ha rechazado. Han sido algunos elementos de la comunidad, porque el movimiento va en contra de sus intereses.
¿Cuál ha sido la reacción de los patrones?
La reacción de los patrones al comienzo fue un poco de tratar de desmoralizar el movimiento, tratar de convencer al campesino que eso era una forma de explotarlos, que los que estaban dirigiendo la Cooperativa, cuando tuvieran un poco de dinero se iban a escapar y los iban a dejar sin nada, tratando de decir que era un movimiento de otra religión. Inicialmente fue una etapa de tratar de desmoralizar al movimiento, pero cuando se dieron cuenta que esto no era posible , que esto no estaba surtiendo efecto, esta campaña de desmoralización, entonces comenzaron a llegarse acciones más concretas.
¿Cuál fue en estos casos la actitud de la autoridad?
La autoridad comenzó a amenazar, aún el mismo Gobierno comenzó a presionar para que la Cooperativa fuera una Institución del Gobierno, o tratar de explotar en el sentido político y tratando de presionar por medio de las autoridades. Pero cuando este segundo intento tampoco detuvo la marcha de la Cooperativa y del movimiento, entonces ya se han dado acciones de violencia directa. El año pasado para la fiesta de San Pedro se aprovechó para romper la casa donde estaba la imagen y sacarla de allí, como una acción de manifestar su protesta o su rabia contra el movimiento. Este año, hace solamente algunos días, el 23 de mayo, quemaron la casa donde yo estaba viviendo. Precisamente el año pasado en ese mismo tiempo de junio, cuando fueron los incidentes de San Pedro, uno de los señores que tenía la mayor tienda y gozaba más de la política allí, dieron de garrotazos a Monseñor Vásquez, creo que eso fue una noticia bastante clara aquí en Panamá.
¿Se nota el entusiasmo de la comunidad de Santa Fe?
Hay más comunicación entre las personas, es un ambiente más humano, es un ambiente más optimista, en el sentido de que está más orientado a realizar esta fuerza nueva que se está descubriendo, que es la fuerza de la comunidad, Una vez que se descubra eso, tiene que sentirse el entusiasmo de desarrollar lo que está haciendo, porque realmente están creando… no es algo que ha crecido, es algo que está comenzando.
Según la descripción del padre Gallego en esta entrevista lograda. Comentó que en mayo de 1968 fue fundada la Cooperativa con un grupo espontáneo y después se fue extendiendo a todas las comunidades que trabajaron reunidas en el programa de evangelización.
Los campesinos solo tenían como alimento café, cuando más una tortilla, de maíz o arroz. Al mediodía casi lo mismo y por la noche arroz nuevamente, arroz blanco y nada más que eso, narró el padre Gallego.
De esta extensa entrevista que alcanza los 45 minutos, el padre Gallego advertía lo que ocurriría días después, el militarismo que gobernaba se hizo cómplices de los terratenientes que veían frustrado sus intereses económicos a base del trabajo forzado de los pobres.
En estos 50 años del secuestro, desaparición forzada y asesinato del padre Gallego, en conversación con el padre Patricio Hansen, con su llegada a Panamá de la mano del sacerdote Conrado Sanjur, párroco de El Crisol, San Miguelito, no han dejado que la memoria se diluya en el largo camino de evangelización para los pobres.
El Padre Patricio Hansen
La verdad del crimen de Gallego sigue a medias, los incuestionables pasos de la iglesia atemorizada y sumisa ante las dictaduras y gobiernos no han permitido conocer más allá de lo que ocurrió. Aun el caso Gallego sigue en la impunidad y tras la insistente pregunta, dónde están sus restos. Hay un silencio en este largo camino.
El padre Patricio Hansen es miembro de la iglesia católica panameña, quien colaboró como entrevistado para el documental del sacerdote Héctor Gallego “50 Misas de Cuerpo Ausente” que estrenó el pasado 9 de junio.
Restos encontrados en el cuartel Los Pumas de Tocumen en 1999
Héctor Gallego como icono del martirio latinoamericano de ese grupo de sacerdotes del tercer mundo, que practicaron la fe en base a la Conferencia de Medellín de 1968 y al Concilio Vaticano II, encontró al igual que años después la orden de los Jesuitas varias muertes, de la mano de las dictaduras latinoamericanas en un guion imperialista con la también división de la iglesia romana, la persecución y amenazas latentes, que terminaron con los asesinatos de la nueva corriente sacerdotal de evangelización para los pobres.
Documental
Tras el secuestro, desaparición forzada y asesinato en 1971 del sacerdote, hay una trama de silencios y verdades a medias.
El documental "50 Misas de Cuerpo Ausente, Héctor Gallego" es un esfuerzo de periodismo independiente de MEM Television, Con las Manos en la Data y GB Comunicaciones.