El abordaje al tema de la contaminación por el alto flujo de migrantes en la selva darienita es también de preocupación en materia ambiental y de seguridad pública. Se atribuye el deterioro de este ecosistema al crimen organizado de Colombia con nexos en territorios fronterizos de Panamá, debido a que hay un negocio para cruzarla, dejando en el camino incalculables desperdicios y daños colaterales.
Por Grisel Bethancourt. Cobertura Especial de Archivos Abiertos en el distrito de Cémaco, Comarca Emberá-Wounaan y Base Aeronaval de Nicanor en Darién.
Darién "no es una ruta", es la consigna de las autoridades panameñas, en un abierta campaña a quienes intenten cruzar la peligrosa selva, no se expongan y salven sus vidas.
De forma tajante, el ministro de Seguridad, Juan Pino reconoció que es “más fácil mover a una persona que un kilo de droga, y más dinero da mover a una persona que un kilo de droga”.
Desde puntos como Necoclí en Colombia, los migrantes parten llenos de ilusiones para avanzar en el periplo que los lleve hasta el Norte, se proveen de lo esencial para sobrevivir tres días según lo que les dicen los coyotes o guías, pero la realidad es otra, han pasado hasta siete días perdidos en medio de los inmensos árboles, fieras y viscitudes de este paraje tropical.
Cada ropa, olla, comida y enseres que llevan se convierte en una carga tan pesada al atravesar ríos, la serranía, abismos, piedras, lodo; mientras unos tienen fuerzas para el gran desafío otros han perdido sus documentos y artículos en las fuertes corrientes de los afluentes. Las jornadas se hacen insoportables y solo les queda dejarlo todo y llegar a los poblados de acogida con suerte y con lo mínimo.
El que grupos organizados determinen la ruta por donde deben atravesar los migrantes, se ha convertido en un desafío, un hecho que ha sido evaluado como "tema de seguridad nacional". El ministro de Seguridad Pública de Panamá ha establecido que Darién "no es una ruta".
Frente a la crisis migratoria irregular que enfrenta el país, cuya movilidad de personas en los primeros cuatro meses del 2023 fue de 166,122 mil, hay un hecho que se agrava en la selva contra su ecosistema natural y es la contaminación generada por el éxodo.
Durante el reciente lanzamiento de la Operación Chocó, las autoridades de seguridad y migratorias de Panamá anunciaron no solo el control territorial de las fronteras terrestres y marítimas, sino también proteger alternamente el medio ambiente y los recursos naturales del Tapón.
Tanto la selva como las comunidades receptoras están sufriendo los estragos de la grave contaminación en sus áreas protegidas y afluentes del río Tuquesa y Chucunaque como otras importantes vertientes.
El Ministerio de Ambiente ya ha señalado que los migrantes dejan parte de su equipaje, ropa, artículos personales que se transforman en basura, lo que culmina con un daño sanitario que afecta la integridad del Parque Nacional.
Imagen de área del Tapón con cientos de desperdicios. Foto Mi Ambiente.
Una fuente policial del área confirmó como el agua del río Tuquesa está tan contaminada, que en ocasiones ven pasar restos de personas migrantes que intentaron cruzar los ríos.
Además 64 lanchas diarias transitan desde el punto conocido como Come Gallina en la cabecera del río Tuquesa hasta Bajo Chiquito primer poblado de acogida migratoria transportando a los migrantes que logran salir de esa parte de la selva. El uso de combustible para el motor de las piraguas afecta también a las especies de los afluentes.
Los viajes que son de dos horas son pesados en las lanchas que llevan máximo 15 personas, las mismas se quedan atascadas o sin combustible, y es un peligro por la cantidad de cocodrilos en el lugar, narró Yesid, migrante venezolano.
Bandas criminales designan ingreso a la selva de Darién
Las rutas migratorias han sido dispuestas desde Colombia hacia la selva por grupos al margen de la ley, que se abrogan el derecho de indicar los caminos de ingreso ya abiertos como un supuesto corredor, bajo engaños y el cobro despiadado de cientos de dólares por atravesar la inhóspita selva.
Esto ha provocado que también se incluya en la estrategia gubernamental, actividades de acción integral en las comunidades receptoras de migrantes y poblaciones en la ruta migratoria para proteger la biodiversidad del Parque Nacional Darién.
Lajas Blancas, la Estación Temporal Receptora en el distrito de Cémaco, al que dimos cobertura y que recibe miles de extranjeros en éxodo, también debe administrar los desechos dispuestos de la migración.
Allí se dejan carpas, envases plásticos, ropa y zapatos en mal estado, todo lo que ya no se puedan llevar hacia el próximo viaje por carretera hacia Gualaca.
Estación Temporal de Lajas Blancas. Archivos Abiertos.
Así mismo la afectación no solo llega al Darién, también a la zona comarcal de Guna Yala otra ruta migratoria que sufre por la calidad de agua en las fuentes hídricas, según lo detallaron técnicos de Verificación del Desempeño del Ministerio de Ambiente.
La selva de Darién la componen 579 mil hectáreas, con un ecosistema de bosque verde tropical de tierras bajas, con una fauna de 174 especies de importancia científica y en peligro de extinción.
Las cifras de muerte por inmersión en los ríos este 2023 a la fecha es de 10 personas, peligro que acechan a cada una de las mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes que allí transitan.
1,200 migrantes pasan en promedio la selva de Darién hacia el poblado de acogida de Bajo Chiquito y para este año cuando se ha duplicado la cifra de migrantes al mismo periodo del año pasado, se prevé la llegada de al menos de cerca de 400 mil personas a territorio panameño en el 2023.
A pesar de las dificultades económicas de los migrantes irregulares, siguen llegando al Tapón más personas en una época lluviosa que causa crecida de ríos y un peligro inminente, mientras las autoridades de frontera desplegadas por el Senafront, aplican un escudo policial por mar y tierra en todas las rutas de movilidad para contrarrestar los abusos y el negocio de la migración hacia el Darién.