Foto Ilustrativa/Freepik
Todos vimos esta semana el despliegue de seguridad de las cajas que albergaban 12,840 de dosis de vacunas contra la COVID-19 en Panamá. A muchos les pareció un operativo exagerado, otros no entendían por qué había previo a la llegada de la codiciada vacuna de Pfizer simulacros de seguridad.
No era una especie de “show”, era la alerta internacional que INTERPOL ha definido como "la pandemia criminal por las vacunas de COVID-19". Una amenaza latente.
INTERPOL a nivel de sus 194 países miembros hizo una alerta mundial dirigida a los organismos encargados de la aplicación de la ley. Una alerta naranja, el mensaje conllevaba directamente advertir sobre el interés de la delincuencia organizada por las vacunas contra la COVID-19.
Desde Lyon, Francia sede de la policía internacional explicó que “las notificaciones naranjas de INTERPOL sirven para alertar de posibles actividades delictivas relacionadas con la falsificación, el robo o la publicidad ilícita de vacunas contra la gripe y la COVID-19, en un contexto en que la pandemia ya ha desencadenado unos comportamientos delictivos depredadores y oportunistas sin precedentes.
Las notificaciones naranjas también han sido utilizadas para alertar acerca de casos de publicidad, venta y administración de vacunas falsas”.
"Mientras los Gobiernos se preparan para sacar las nuevas vacunas, las organizaciones delictivas planean infiltrarse en las cadenas de suministro, o perturbarlas". Jürgen Stock, Secretario General de INTERPOL
INTERPOL explicó que por medio de redes sociales incautos serán engañados y recibirían las amenazas del crimen organizado “contra ciudadanos confiados, utilizando sitios web fraudulentos y anunciando remedios falsos, lo que podría suponer un grave peligro para su salud, e incluso para sus vidas”.
“Es fundamental que los organismos encargados de la aplicación de la ley estén lo más preparados posible para lo que será una avalancha de todo tipo de actividades delictivas vinculadas a la vacuna contra la COVID-19, razón que ha llevado a INTERPOL a publicar esta alerta mundial”, concluyó Jürgen Stock.
El peligro que plantea la delincuencia organizada, principalmente en relación con las vacunas, más el terrorismo internacional y la ciberdelincuencia han creado una situación delictiva de una dinámica sin precedentes, que exige una respuesta global que solo INTERPOL puede coordinar.
La desesperación de la población mundial es el talón de Aquiles de las autoridades. “Un análisis de la Unidad de Ciberdelincuencia de INTERPOL reveló que de 3 000 sitios web estudiados asociados a farmacias en línea sospechosas de vender medicamentos y dispositivos médicos ilegales, cerca de 1 700 contenían ciber amenazas, en especial phishing y malware de envío masivo de correos no deseados”, informaron las autoridades internacionales .
La ciberdelincuencia ha iniciado una nueva pandemia, entre ellas, las estafas en línea, a menudo camufladas bajo ofertas que capten a los usuarios de forma muy baratas y que son increíblemente irreales.
El portal Insightcrime público el 18 de enero que "aunque México parece el epicentro temprano de actividad criminal en torno a las vacunas de COVID-19, se están observando prácticas semejantes en numerosos países, como Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Panamá. El 8 de enero, Milenio informó que el Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP) de México confirmó la presencia de laboratorios creados para crear falsas vacunas de COVID-19. El presidente del CNSP, Raúl Sapién Santos, declaró que se habían identificado operaciones de ese tipo en Jalisco, Tamaulipas, Chihuahua y Ciudad de México".
En nuestro país, han sido muy pocas las advertencias sanitarias en cuanto a la compra de insumos médicos, medicamentos que tengan una relación con la COVID-19. Incluso el tema no ha sido abordado como tal ante la opinión pública, como si lo ha hecho INTERPOL en su página internacional.
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