CIENCIA Y FE: LUIS CONTRERAS UN MILAGRO DE VIDA
- Grisel Bethancourt
- 2 ene 2021
- 4 Min. de lectura

Por Grisel Bethancourt
Luis Contreras ha sorteado a la muerte tres veces. Su fe es inquebrantable, es el antídoto quizás para salir de las más duras pruebas que ha podido vivir un ser humano.
“Ese sábado cuando me midieron el oxígeno yo tenía 37, me estaba casi muriendo”, lo cuenta Contreras de forma elocuente, al considerarlo un episodio traumático en su vida.
El hombre que conocimos hace 14 años, sigue con el mismo ánimo de seguir viviendo, desde que ocurrió el fatal accidente que dejó la trágica muerte de 18 personas dentro del bus calcinado 8B-06. Luis Contreras aquel ebanista que sufrió graves quemaduras, esta vez narra cómo sale adelante desde que despertó después de ser entubado para seguir respirando y viviendo.
Sus “ángeles” como llama al personal médico y de enfermería del Hospital Santo Tomás, ya lo conocían. Habían lidiado con él, para salvarle la vida en una primera ocasión. Con el mismo esmero emprendieron la dura prueba de sostenerlo hasta salir de Cuidados Intensivos, debido a que no era fácil por su situación ocurrida en el 2006.
La ambulancia que consiguió la Presidencia donde labora, llegó después de una larga espera, ese sábado de junio pasada las 9:00 de la noche, la situación de Luis Contreras se agravó. Al llegar al Complejo de la Caja del Seguro Social, no lo ingresaron porque no había ventilador y no habían camas y el conductor de la ambulancia le dijo nos vamos para el Hospital Santo Tomás y él como pudo asintió.
Para Luis Contreras fue la mejor decisión. Atribuye a sus galenos el seguir con vida. Confía plenamente en el equipo médico de ese centro hospitalario. Ya tenía una semana de haberse contagiado del virus.
“Me estaba muriendo aquí en frente de los pelaos, de mis hijos, mi esposa también tenía COVID, los dos aquí en la casa. Yo pensé que no iba a regresar más”, narró Contreras.
Dentro de la ambulancia iba mejorando su oxigenación, ya se encontraba más estabilizada, arriba de 70.
“Me pusieron oxígeno en el Hospital Santo Tomás, sin entubarme, de 82 no subí”, recuerda.
La decisión estaba tomada, las palabras fueron: “bueno Luis te vamos a entubar porque no subes de 80, tú sabes cómo es esto… la verdad es que yo pensé tirarme de la camilla, porque la verdad yo me estaba muriendo”, explicó Contreras.

“Que sea lo que Dios quiera, desperté después de 37 días, al segundo día me acordé de mi esposa porque ella tenía complicaciones en los riñones y el corazón”, mencionó. Una llamada le permitió comunicarse con su hijo, teniendo la buena noticia que su esposa no tuvo mayores consecuencias tras contagiarse de coronavirus.
En las redes sociales los mensajes fueron abrumadores de oración para Luis, mientras él permanecía sedado, librando una de sus más duras batallas, lograba superar la crisis con el apoyo y la medicina de los galenos.
“Fue muy emocionante, le doy gracias a Dios”, así se refirió a los cientos de mensajes que dejaban panameños en las redes, luego les atribuye haber hecho en él, un milagro de vida.
Después de cinco meses de recuperación, aun con secuelas en una de sus piernas y en sus vías respiratorias, Luis Contreras se encaminó a una marcha de agradecimiento. Como católico llegó a los pies del Cristo de Atalaya en Veraguas, el pasado mes de noviembre.
“Yo sentí cuando tuve el accidente del bus, que yo estaba nuevo, tenía 36 años y yo sobreviví y fue un mes y medio para recuperarme. En el accidente me durmieron de una vez, duré un mes y cinco días, lleno de aparatos, pero esto si fue muy duro para mí, esta cuestión del COVID, todavía porque han quedado secuelas, se me durmió la pierna”, contó en un halo de nostalgia el sobreviviente de dos terribles tragedias.

Una fibrosis pulmonar aún está en cicatrización como la afectación en su pierna. Sus días gracias a sus hijos se han vuelto más llevaderos, en una clínica privada hubo atención con un neumólogo, terapias, también necesitó normalizar la diabetes. Y el regreso al hogar fue su mayor alegría, toda vez que los galanos no querían exponerlo a otra enfermedad nosocomial infecciosa por lo delicado de su salud.
Luis Contreras perdió mucho peso, salió del hospital con 130 libras de las 200 que mantenía, las que ha ido recuperando progresivamente pero de la cual no puede pasar de las 165 libras.
“No me voy a quedar acostado”, allí voy, aunque le permanecen dolores en las coyunturas trata de hacer llevadera esta nueva vida en su hogar.
La Presidencia le ha permitido - por ser de alto riesgo - reincorporarse al teletrabajo y esto lo mantiene tranquilo en su hogar.
Contreras tiene como el resto del pueblo panameño muchas expectativas en cuanto a la vacuna contra la COVID-19, pero también le preocupa el descontrol en las calles.
“Yo pienso que le perdieron el miedo a esta enfermedad, a los jóvenes hay muchos que están muriendo, pero a la mayoría le toca suave, son asintomáticos y nosotros los que estamos arriba de 50 años estamos perdiendo la vida, debido a esta exageración de las salidas de muchos jóvenes y de nosotros mismos también”, reflexionó Contreras ante los graves niveles de contagio en la población”.
“Nosotros mismos le tenemos que poner un alto a nuestra situación”, advirtió Luis Contreras.
El hombre de las duras pruebas, en el 2018 tuvo un accidente de tránsito cuando manejaba un busito en el corredor norte, siendo pérdida total el vehículo, pero salvando nuevamente su vida de una fatal tragedia.
“Yo le doy gracias a todas las personas, hay gente que uno no conoce a todos ellos por tenerme en sus oraciones".
Entre risas, Contreras reconoce que tiene aún una misión todavía en la tierra. Y ve a la muerte muy lejana, ha pedido irse de viejito.
“Dios es grande hace las cosas de forma misteriosa, pero hace las cosas bien”, Luis Contreras.
*El 31 de diciembre de 2020, el sobreviviente de tres hechos que le han impactado su vida, celebró junto a su familia un nuevo año confiando y atribuyendo su recuperación a la medicina, al cariño de sus galenos y personal sanitario y a la Fe.
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