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MI HISTORIA: CÓMO VENCER EL ACOSO LABORAL




A nivel mundial las mujeres constituimos una fuerza de trabajo significativamente grande. Esta historia que hoy te escribo, va dirigida a cada una de las 64 millones de mujeres que estimó la OIT han perdido sus empleos durante la pandemia, pero también a otro significativo grupo que dentro de sus ambientes de trabajo sufrieron “mobbing”, acoso o violencia laboral.


Antes de sentarme a escribir, dudé muchas veces si podía hacerlo, soy de un grupo de mujeres que he liderado luchas, ideas y protegido a colegas periodistas ante hechos laborales significativos. Pero también he pasado por estas circunstancias difíciles.


No todo está perdido. Cómo enfrentar el ascenso y descenso en tu carrera profesional. En el periodismo muchas carreras de famosas mujeres se derrumbaron, detrás de ellas hubo un problema laboral. Aquella ruptura te deja en desventaja económica, moral, psicológica, profesional y familiar, entre otros factores. Pero tratas de reinventarte y llegas a creer que no lo podrás lograr. Claro que no es fácil, pero tampoco imposible. Te preguntas mil y una veces, cómo carajo salgo a flote luego de estar sumergida. Te contaré lo que viví.


2018, acoso laboral y bullying


En junio de 2018 laboraba para una institución del Estado en un puesto sumamente delicado de Comunicación, pero meses antes las cosas comenzaron a cambiar. La mayoría de mis superiores eran hombres, de leyes, en su momento afables, trabajadores, entusiastas y diría yo, más que protectores frente a los hechos que nos concernían. Hubo una interrupción de corriente, un cortocircuito abrupto, comencé a recibir mensajes directos de quien me supervisaba, muy crudos, uno de ellos, fue el siguiente: es que quizás más nunca la oportunidad que tenía se iba a repetir, no tendría un puesto de esa magnitud. Solo contesté, mi trabajo lo he hecho con sacrificio desde abajo, lo que tengo es por mérito propio y si no me conoce tengo una trayectoria profesional, no dependo de un puesto para ser la persona trabajadora que soy. Otro de los mensajes, comenzaron a darse en los pasillos, entre burlas y mofas hacían alusión a mis estados de ánimo, frases que yo decía por teléfono a la que fue mi jefa inmediata, mi silencio en algunas ocasiones para evitar contratiempos, mientras tanto, yo ignoraba el futuro que me deparaba y comencé a sentir en carne propia el bullying directo.

Ya otras amigas habían sido removidas y sus historias eran de incertidumbre, y agobio. Entre lágrimas, me confiaban lo que seguían viviendo.


Llegó el momento en que decidí renunciar, lo anuncié y luego mi madre me dijo no lo hagas efectivo, tú no estás haciendo nada malo.


A pesar que tuve cautela, fui enviada de vacaciones, bajo un engaño, le hicieron creer al personal que yo tenía “stress”, que debía y me merecía un descanso, como tampoco se preocuparan porque no me botarían. Pero en ese ínterin, quien me supervisaba armaba todo para deshacerse de mí en el puesto laboral y poder tener una base para que pudiera ser removida por ciertas aptitudes que fueron armadas. Mi pecado, fue exigir respeto a un hombre acostumbrado a mandar y que las mujeres en su entorno profesional siguieran esas órdenes sin chistear. No iba a ceder ante esto y como defensora de mis ideas, de mi trabajo con competencia, no podía dejar que demeritaran mi trayectoria profesional.


Ese tiempo sirvió para que mis asistentes también fuesen objeto de los mismos tratos crueles. Uno de ellos, provenía de personal subordinado, donde hicieron burla y referencia de mujeres que no podían concebir hijos, de propiciar ambientes tóxicos, que llevaran a mis compañeros a una disyuntiva, enfrentamiento y tener una causal para una salida magistral.


El día cero llegó, un mes y cinco días después fui destituida del cargo, con más de 90% de excelencia en mi trabajo según la evaluación laboral de mis funciones realizada por mi jefe inmediato ese mismo año. A mis compañeros los llevaron a recursos humanos a que contaran algo negativo sobre mí. Quien ordenó mi despido no pudo dar la cara ni estampar su firma. Fui despedida por dos personas a quienes se les encomendó la tarea de que saliera del cargo, siguiendo órdenes, sin mayores remordimientos. Mientras uno de ellos argumentó que yo “no tenía capacidad de escribir”. En ese momento pensé, es una persona capaz de ser tan cruel. Me conocerá de verdad. Le recordé como él mismo, uno de mis verdugos, me había escogido con otra de mis compañeras destituidas, para editar la memoria de la entidad. Y a nivel profesional tenía cientos de escritos periodísticos, crónicas, reportajes, investigaciones nacionales e internacionales que hablaban de mi profesionalismo.


Un año y cinco meses después los que habían propiciado mi despido, entre otros despidos injustificados y renuncias forzadas, se vieron inmiscuidos en un escándalo, de corrupción ante el escarnio público.



Desde cero a la perseverancia




Leo y escucho mensajes positivos de vida.


Preguntarás. Cómo surges de los embates de una pérdida, las dificultades y la incertidumbre de un mercado laboral limitado. La alta autoestima, la aceptación del problema, el intercambio de ideas con amigos verdaderos, el borrón y cuenta nueva, hacen que tus metas bien organizadas se concreten. Nunca es tarde para comenzar.


Durante ese momento laboral, conocí a personas que fueron manipuladas y accedieron a cometer bullying, acoso, violencia psicológica, a negarme, entre otras. Dos años después algunas de ellas me expresaron su pena y miedo frente a un despido, reconocieron las virtudes y momentos positivos que compartimos y expresaron sus disculpas. De las cuales acepté y reiteré mi amistad.


La mujer tiende a ser frágil frente a situaciones difíciles; en mi caso, sentí que debía empoderarme frente a las necesidades de salir adelante con una pequeña hija en edad escolar. Tocar puertas es bueno. No importa si te las cierran, el intento y la perseverancia es el mejor antídoto para continuar. De inmediato en menos de 24 horas, estaba siendo contratada para realizar una investigación internacional. Trataron de truncarme nuevamente el camino, pero como mujer gremial me sentí amparada por la organización de la cual fui ex presidenta, el Colegio Nacional de Periodistas. No claudiqué. Hice ejercicios, seguí rutinas de alimentación, belleza, capacitación, redacción, entre otras muchas cosas.



Disfruto de ambientes naturales para purificarme.



No esperes que otros en los que confías salgan en tu defensa. Debes saber que la lucha se debe enfrentar y es constante. De allí que comencé a laborar para una organización social, escribí el perfil de la historia de un personaje, para un libro publicado el año pasado con 50 historias periodísticas que se dio a conocer en Europa, específicamente en Ginebra, Suiza. Y me adentré organizadamente, buscando en internet oportunidades de proyectos junto a otros colegas que coadyuvaran con nuestras investigaciones. Existen organizaciones de mujeres periodistas con cientos de casos como el mío, como el tuyo, como el de muchas, que ofrecen ayuda, entregan subsidios para proyectos a Mujeres periodistas, periodismo de soluciones, investigaciones de datos, investigaciones en distintas especialidades, que promueven el emprendimiento y la independencia.


A nivel psicológico, restituí el dolor sola, la ansiedad y el desasosiego por oportunidades, experiencias, trabajo en casa, apoyo moral a mi familia, apertura de mi círculo de amigos en un ámbito profesional, organicé proyectos desde mi hogar, trabajé nuevamente por un tiempo; inicié la ayuda y apoyo moral a otras mujeres periodistas y hombres periodistas en pandemia, me capacité profesionalmente on line, inicié una carrera universitaria y tuve más oportunidad de compartir con mi familia. Sin rencores, sin tristezas, sin zozobra.



Fui invitada por una persona muy querida a un taller e hice mi primer cuadro.


En este momento lucho por el estigma contra la mujer que causa a nivel laboral y profesional, porque al mismo tiempo en que te restituyes nuevamente para emprender un nuevo camino, surgen voces machistas, que inciden e insisten en desconocer la situación real de los hechos, que estigmatizan las faltas de oportunidades laborales por ser mujer, aduciendo que son situaciones personales, rencor, problemas o que por tu culpa propiciaste tal o cual desavenencia.


Con ello, no solo documento situaciones laborales de mujeres periodistas, si no de hombres periodistas que viven igual acoso laboral en sus medios de trabajo. No sabemos cuántos y cuántas viven en zozobra situaciones difíciles y particulares. Sin embargo, deben supervisarse los mecanismos en el sistema, capaces de identificar situaciones que lleven al desborde a muchos compañeros y compañeras. La Estrella de Panamá, en ese 2019 documentó lo establecido en la Resolución No. 733 de 2019, publicada en Gaceta Oficial.


“El organismo adopta el protocolo para identificar, atender y prevenir la violencia de género en el ámbito empresarial”, sostiene el artículo.


Enfatiza en que “la violencia de género es una “violación” a los derechos humanos que acentúa los estereotipos y denigra la dignidad de las personas, señala el documento. Advierte que toda persona, sin distinción de sexo, está expuesto a sufrir o cometer violencia de género, sino es orientado debidamente desde su niñez”.

Esto no se está aplicando ni supervisando, las oficinas de recursos humanos deben ser garantes de la no violación de los derechos humanos en tema de género.


La situación es tan grave, que según la publicación “Violencia contra la mujer, Hablemos de Ello”, establecen que “a nivel individual, el sufrimiento y la humillación que aparecen como consecuencia de haber sufrido violencia y acoso suele llevar a las afectadas a una falta de motivación, pérdida de confianza, reducción de la autoestima, depresión, ira. La violencia y el acoso en el trabajo tienen efectos inmediatos en las mujeres víctimas, pero también afectan a los empresarios y a sus empresas, así como a la comunidad en su conjunto. De la misma manera que el estrés, estos síntomas tienden a convertirse en enfermedades físicas, trastornos mentales y aumento del consumo de sustancias. Esto puede desencadenar accidentes de trabajo, invalidez e incluso suicidio”.


Sé que muchas mujeres no solo en mi carrera profesional están viviendo estas circunstancias, si no a nivel profesional es más común de lo que esperamos. Nos toca crear conciencia que motive a hombres y mujeres a no crear espacios de violencia y estigmatización contra las mujeres. Que no las vean como enemigas, ni competencia, si no como profesionales con logros y metas por cumplir.


El caso narrado no lo denuncié, pero si narré los hechos ante miembros del gremio al que pertenezco . Recordemos que un llamado de atención no es igual al acoso laboral o mobbing, tampoco el bullying donde eres sometido o sometida indirectamente o directamente a humillaciones. Muchas de las víctimas deben ser tratadas a nivel psicológico para una evaluación y esta situación no afecte a futuro.


En este momento, trabajo en mis investigaciones y redacto entrevistas e historias para el blog, con grandes experiencias vividas, con el apoyo de mi familia y de amigos que me han brindado su fidelidad, como lealtad de manera incondicional para continuar mi proceso de vida frente a los retos que debemos cruzar. Sigo esforzándome sin parar por lograr lo que anhelo a nivel periodístico. Sí en algún caso caemos nuevamente, es necesario saber que debemos levantarnos con la mirada de esperanza y positivismo para lograr nuestros sueños y metas como también saber defender nuestros derechos humanos como mujeres.


Agradezco al Instituto Nacional de la Mujer –INAMU-, por haberme escogido de entre cientos de talentosas colegas en el país, para representarlas el 8 de marzo de 2021, en el día Internacional de la Mujer como comunicadora social.



*Mobbing es también conocido como acoso laboral. Un fenómeno que se da en el lugar de trabajo, y en el que un individuo o varios ejercen violencia psicológica de manera sistemática y repetida sobre otro individuo o individuos, durante un periodo de tiempo prolongado.

Los acosadores pueden ser compañeros de trabajo, superiores o subordinados, y este comportamiento puede afectar a trabajadores de cualquier tipo de empresa.



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1 Kommentar


Víctor Alvarado
Víctor Alvarado
15. März 2021

Mis respetos. Gracias por compartir su experiencia de vida. Lo del apoyo gremial, parece ser muy útil e importante.

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