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TERMINA LA ODISEA DE MARINOS PANAMEÑOS EN COLOMBIA


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Finalmente la odisea que inició el 4 de octubre cuando subieron trabajadores marinos panameños y extranjeros al buque Nissi Commander I en el puerto de Colón, llega hoy a su fin.


"Estamos desembarcando, llegamos hoy en la tarde a Panamá", aseguró uno de los marinos que interpuso junto a otros cinco una acción legal de amparo y tutela contra la empresa dueña del buque, que durante estos últimos tres meses ha permanecido varado junto a sus compañeros. La fuente mantuvo comunicación con este medio de forma exclusiva para informarnos sobre el desarrollo de los acontecimientos durante los últimos meses.


Hace menos de un mes se comunicó que un Juzgado Civil colombiano en Santa Marta procedería tras una acción judicial bajo el amparo de los derechos de los trabajadores, que no cobraban sus salarios y no podían tampoco abandonar la embarcación varada en aguas territoriales de Santa Marta, Colombia.


"Una acción de tutela interpuesta por el abogado de seis de los marinos, quienes vienen denunciando las condiciones infrahumanas en las que permanecen en la embarcación y el incumplimiento de sus salarios", confirmó el diario El Tiempo en su portal.


"El barco está embargado y el proceso legal para que nos paguen la indemnización, pero ya con nosotros en casa", reveló la fuente. Este barco es propiedad de Líneas GH, a cargo de un empresario colombiano.


El pasado 5 de marzo el periódico El Tiempo comunicó que existía "una orden judicial que amparó los derechos fundamentales de los 14 tripulantes. La sentencia del Juzgado Séptimo Civil Municipal de Santa Marta, ordenó al Armador y al Agente Marítimo, proveer la embarcación de lo que necesita para retomar operaciones en un plazo máximo de 48 horas."



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Foto El Heraldo del Nissi Commander I


Mientras que el diario El Heraldo explicó que "una sentencia del Juzgado Séptimo Civil Municipal de Santa Marta, ordena al Armador y al Agente Marítimo (Líneas GH E.U y Altamar Ltda, respectivamente), proveer la embarcación de lo necesario para el objetivo.


En Colombia se hizo cumplir la ley frente a hechos que develaron las condiciones de una embarcación sin las mayores garantías internacionales marítimas, en medio de la voraz pandemia y que finalmente tocó a los marinos de este buque de bandera de Mongolia.


Toda la tripulación debe desembarcar hoy, para dirigirse al aeropuerto de esta ciudad y traer con bien a sus tripulantes a suelo panameño, en lo que concierne a los nacionales.


Las autoridades colombianas tuvieron que involucrarse en una situación que ponía en peligro la actividad marítima del lugar; la embarcación permanece frente a las costas de la bahía de Santa Marta tras un abandono de tres meses, específicamente desde el 4 de enero de este año.


"La Capitanía de Puerto de esta ciudad, en inspección de control, lo dejó inmovilizado sin atracar al desembarcadero, al encontrar varias faltas técnicas que impedía su debido arribo", señaló El Heraldo del Magdalena.


Recordemos que los momentos más difíciles los vivieron entre el 12 de diciembre al 4 de enero cuando la embarcación a 60 millas de República Dominicana quedó incomunicada. Solo podían emitir mensajes vía correo, pero ellos no recibían respuesta.


Posteriormente del 15 al 20 de enero tuvieron un apagón en el barco y las autoridades marítimas de Colombia identificadas como DIMAR, arrestaron la embarcación. Los 12 tripulantes permanecieron casi abandonados prácticamente por el dueño del buque que estaba con trámites vencidos, sin un seguro que les respaldara para poder tener mejor calidad de vida dentro de la embarcación y pudieran suplirse de combustible.


De allí en adelante todo era mañana, cuando preguntaban, la solución no llegaba. Las penurias fueron muchas, prácticamente señalaron condiciones “inhumanas”. Pero más asfixiante era la agonía de estar lejos de casa y sus familias pasando las peores vicisitudes con deudas, compromisos económicos y falta de alimentos en algunos casos.


En Panamá la Autoridad Marítima estuvo pendiente del desenvolvimiento de la situación, igual la Cancillería y la Asociación Panameña de Oficiales de Marina (APOM), mientras que en Colombia el empuje lo tuvieron a través de un inspector de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) en materia marítima en Colombia y con el abogado externo de los marinos que puso el panorama total de lo que enfrentan.


Lo que más anhelan los marinos es ver a sus familias, retomar un nuevo trabajo bajo condiciones dignas y comenzar de nuevo.



*La foto principal es cortesía de los trabajadores marinos panameños suministrada a este medio de comunicación.



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